Las labores de remodelación y embellecimiento de San Agustín, emprendidas por el Ayuntamiento, han comenzado a dar sus frutos en esta urbanización que fue la génesis de la actual zona turística y que, hoy, se ha convertido en un lugar agradable y tranquilo que llama a pasear, en medio de zonas verdes y algunos monumentos antiguos, junto a instituciones emblemáticas donde descansa y reside una amplia comunidad de nórdicos
Con motivo de los recientes trabajos de adecentamiento y ajardinamiento que han llevado a cabo varias concejalías del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, los representantes de las mismas, Turismo, Vías y Obras e Infraestructuras, han girado estos días una visita a la zona, para comprobar el estado en el que ha quedado uno de los monumentos más antiguos de San Agustín, su emblemático reloj de sol, erigido en la zona hace unos cuarenta años y que, aunque desconocido, para muchos grancanarios, permanecía desde hace tiempo oculto de la vista desde la carretera por la vegetación que le precedía.
El Reloj de Sol de San Agustín, posiblemente uno de los más grandes de estas características en Europa, es obra de un arquitecto noruego y de los promotores de Rocas Rojas, uno de los primeros complejos de la zona. Se erige en el centro neurálgico de San Agustín, junto a la Iglesia Sueca, el Centro de Rehabilitación Sueco, la Escuela Sueca y el complejo Rocas Rojas, que adquiere un valor añadido junto al bulevar.
El Ayuntamiento, según explicó el concejal-delegado de Turismo, Ramón Suárez, que junto a la concejala de Vías y Obras y el titular de Infraestructuras, Saida Valido y Fernando González, supervisaron los trabajos, acompañados por el director de Rocas Rojas, “pretende recuperar esta zona que forma parte de la Historia de Maspalomas “y, recuperado San Agustín, los trabajos de remodelación y ajardinamiento seguirán por el Templo Ecuménico y El Botánico, entre otros lugares emblemáticos, que se pretende disfruten y conozcan los vecinos y visitantes.